No sé cómo es para otros cuando el Maestro llega, solo puedo
decir como es para mí. Lo cuento porque seguramente si están leyendo esto, les ha pasado algo parecido y se habrán hecho algunas de las preguntas que yo también me he hecho.
Lo más difícil es reconocer que el Maestro ha llegado y que
ahora tú debes reconocerlo, aceptarlo y aprender de él. El Maestro se presenta
y al no reconocerlo, no lo invitas a tu lado y sigues de largo. A veces no se
presenta de nuevo.
Quienes te conocen en tu confusión (compartida) van a
decirte lo peligroso que es este Maestro. Te van a prevenir contra el
fanatismo. Te van a argumentar que eras más divertida cuando vivías en la rumba
interminable. También te dirán que eras más productiva, que compartías más y
mejor con todos antes del Maestro. Y por último se quejaran de lo poco que te
pareces a ti sin los sarcillos, las pulseras y la ropa de moda que ya no usas porque ya no te hace falta deslumbrar con alhajas. En fin, todos hablaran de ti
a tus espaldas y harán planes a corto y largo plazo para recuperarte a las
noches y hasta a los días de conversaciones vacías y excesos insensibles que
adormecen tus sentidos y te mantienen en el mundo de ensoñación donde los ojos
abiertos en realidad están cerrados y el corazón generoso es cada día más
egoísta.
Reconocer al Maestro no es tan difícil como aceptarlo. Un Maestro se reconoce fácilmente porque brilla como un faro y su luz te atrae como un imán atrae un pedazo de metal. Más difícil es aceptarlo.
Aceptar a un Maestro requiere de muchas cualidades, que por
supuesto no has trabajado cuando el Maestro llega a tu vida. Aceptar la
autoridad espiritual de un Maestro te pone en conflicto con tu ego, con tu religión
y con la rigidez de tus esquemas jerárquicos. Esto se traduce en lucha interna
y externa. Te revelas de muchas formas y eso te retrasa.
Una vez que has aceptado la presencia del Maestro en tu
vida, después de haber comprendido que su luz deriva de su sabiduría y su poder,
de su comprensión clara. Comienzas a caer en la redes de su compasión y es
entonces que entiendes que debes aplicarte en aprender.
Hasta entonces, te has entretenido con sus conferencias, has
asistido a los retiros como un acto de snobismo espiritual y por supuesto no
tienes ni un poco de compromiso por lo cual sigues visitando el spiritual mall
y sonsacando a tus compañeros para que te acompañen. De esta forma solo has
logrado incrementar la confusión propia y ajena y engañarte pensando que estas avanzando en el camino espiritual. Crees que
has doblegado el ego, cuando en realidad ahora también alimentas al ego
espiritual.
Pero el Maestro ha llegado para quedarse y a pesar de tu ignorancia,
El, sí que está haciendo su trabajo, mientras Tú, juegas con el color de los japamalas, los trajes
exóticos y los viajes a tierras lejanas haciendo turismo espiritual y
rodeándote del aura de rareza nada
espiritual, que tanto preocupa a los tuyos y que solo te aleja del objetivo:
pasar de nivel espiritual.
Finalmente estas lista para aprender. Al conquistar las barreras socioculturales
abres la puerta al conocimiento experiencial que te propone el Maestro.
Tuve la suerte de encontrarme con el Maestro Zambuling (MZ). Cero dogmas y mucha experiencia;con un aire
de sabiduría y una lluvia de poder me llegó MZ para despertar la compasión de
mi corazón de una forma totalmente nueva y llena de claridad.
Un verdadero maestro
no se impone, impulsa hacia la
libertad mostrando el camino. Su sutileza es tal que ni cuenta
te das.
MZ respeta tu propia sabiduría y te enseña a confiar en ella
en lugar de crearte dependencias. Ser libre es desarrollar tus propios
recursos, esto te conduce a ver el poder intrínseco que se encuentra dentro de
ti.
Me tomó mucho tiempo y meditación, comprender que solo un
ser que transita libremente en el mundo sutil, por haber auto realizado el
espacio espiritual que se requiere, puede conocer los seres santos de distintas
tradiciones y disfrutar de su sabiduría e influencia.
Ahora lo he visto, he visto las sutiles emanaciones de
MZ y gracias a él he visto también otras
emanaciones divinas. Se aprende a través de la transmisión emanada del corazón
compasivo del Maestro. No aprendes de las técnicas, de los instrumentos, de las
interminables lecturas, conferencias y prácticas. Repito; aprendes de las
emanaciones del Maestro. Si el Maestro no irradia hacia ti y si no estás presto
a recibir no aprendes. No hay avance. El samadhi de la meditación no garantiza
el progreso.
Después de mucho recibir las emanaciones (precioso regalo de
MZ que no creo merecer) siento que finalmente comenzare mi aprendizaje pues
puedo y deseo aceptar. Antes aun
deseando recibir la luz, sencillamente no podía.
Ahora podré continuar
con el uso de las técnicas, instrumentos y herramientas que se me han dado y
empezar el aprendizaje con la mente clara y bajo la luz intensa que emana el
cuerpo sutil de MZ que siempre me acompaña.
Maestro gracias, gracias por su paciencia, por su enseñanza,
por su luz y por permitirme entrar en las emanaciones de su compasión.
Cuando el Maestro llega, no siempre lo reconocemos, no siempre lo aceptamos como tal y no
siempre estamos listos para aprender. Reconocer, aceptar y desear aprender son tres pasos que tenemos que dar antes de estar listos para entrar en el campo sutil de un maestro. Solo un Maestro muy puro te espera, te acompaña y te
observa equivocarte con la certeza de que en algún momento vas a abrir los ojos
y verle en lugar de seguir de largo.
Solo entonces caminaras con El y comenzaras a aprender…..